El adiós al cargador del móvil, cada vez más cerca
Un científico español del MIT diseña un sistema de reciclaje y captura de la luz que permitirá multiplicar por diez la duración de las baterías de dispositivo.
Los llamamos dispositivos móviles pero lo cierto es que no lo son tanto como quisiéramos. Las baterías de los teléfonos inteligentes, tabletas y ordenadores se agotan rápidamente y nos obligan a enchufarlos a la corriente con demasiada frecuencia.
Para lograr que sean mucho mas duraderas, el investigador español Amador Menéndez Velázquez (Oviedo, 1969) y sus colegas del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) han desarrollado un sistema de captura de luz (natural y artificial) y de reciclaje de energía a través de las pantallas que permitirá la recarga automática sin necesidad de conectar el dispositivo a la red eléctrica tan a menudo.
Según aseguran en un articulo publicado en la revista Energy and Environmental Science, la duración de las baterías podría multiplicarse por 10 o por 15. Bajo luz natural podrían incluso abastecerse exclusivamente de energía solar. <<Queremos cortar el ultimo cable que nos mantiene atados , el de la corriente eléctrica>>, afirma Menéndez, autor principal de este trabajo.
El científico considera que la sociedad presta atención al reciclaje de materiales, pero no a la reutilización de la luz:
<<Las pantallas de cristal liquido (LCD, liquid crystal display) ocupan una gran superficie y son altamente ineficientes, pues consumen alrededor del 90% de la energía del dispositivo. Funcionan mediante la técnica de iluminación trasera o retroalimentación: una fuente de luz blanca emerge desde la parte trasera de la pantalla. Pero de esta luz emitida, solo entre el 4% y el 8% llega a nuestros ojos. El resto se pierde en forma de calor en diferentes filtros y capas ópticas, que bloquean el paso de determinados píxeles de luz para así poder proyectar una imagen especifica al usuario>>.
<<En nuestra tecnología hemos conseguido reciclar esta luz bloqueada, utilizando moléculas fluorescentes orgánicas en lugar de moléculas puramente absorbentes. Así, tras capturar la luz la emiten de nuevo, lo que permite su reutilización, ahorrando una gran cantidad de energía>>, afirma.
Menéndez y sus colegas trabajan en un proyecto para convertir las ventanas de los hogares en pequeñas centrales fotoeléctricas cuando se les ocurrió extender su investigación a las pantallas electrónicas:
<<Esta tecnología, llamada concentrador solar luminiscente, se basa en unas pinturas luminiscentes depositadas sobre la superficie del cristal. Estas pinturas capturan la luz solar y la reenvían a los extremos, donde unas celdas fotovoltaicas la convierten en electricidad>>.
Menéndez, doctor en Química por la Universidad de Oviedo, señala que dos compañías líderes en el sector han mostrado ya su interés por incorporar en sus dispositivos esta tecnología, en la que los investigadores han intentado combinar capacidad multimedia con eficiencia energética: <<Si la negociación se concreta, el sistema podría estar en el mercado en dos o tres años>>.
<<En el MIT se trabaja pensando mucho en el producto final. Una de las cosas que nos inculcan es que sea bueno, bonito y barato>>, resume. Atraído por la forma de trabajar de los americanos y por los potentes grupos de energía solar del MIT, Menéndez se marchó a EEUU en 2008. El científico compatibiliza sus investigaciones en el departamento de ingeniería eléctrica y ciencias de la computación de este prestigioso centro con su labor en el Instituto Tecnológico de Materiales de Asturias.
<<Creo que en las universidades españolas se hace mucha ciencia básica, pero se piensa poco en las aplicaciones. A la sociedad americana le gusta más el alto riesgo. Por ello es mucho más facil la movilidad de laboratorio al mercado, ya que hay muchas empresas interesadas en comprar patentes y hacer inversiones. En el MIT se arriesgan mucho. Pero si no te arriesgas no ganas>>, concluye.